Es que cachai que aquí todo es como súper raro, como súper frio; hace frio y nos pusimos fríos. Ya no nos sabemos ni las copuchas, ni a la señora conversadora de los ramos la vemos. Prefiero la paloma en el casino que este con tanto espacio y tan poca silla. Yo me acuerdo que antes caminaba casi siempre con hojas en la mano y materia en la cabeza. Daba pasos largos y justo en el último semáforo me encontraba con alguien. Después de los departamentos llegaba a mi escuela y se notaba que era mía y que era nuestra.
Hannah Arendt
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